miércoles, 19 de junio de 2013

VENTANA DE GUILLOTINA HOPE

La distribución de los huecos en el cerramiento exterior de un edificio y la elección del tipo de ventanas son decisiones muy importantes en su diseño. La influencia que ejercen sobre su aspecto exterior, y la repercusión en la ambientación interior son determinantes. 

Nos fijamos en dos ejemplos. La pequeña casa que Le Corbusier construye para sus padres en Corseaux, Suiza 1925; y el edificio de viviendas en la calle Gondomar, Pontevedra, 1972.

Le Corbusier convierte la ventana en el motivo fundamental del proyecto; en ella lleva a cabo las ideas que anuncia en los inmueble-villa (1922), y que expone en el pabellón Espirit-Nouveau de la exposición de las Artes Decorativas en París (1925). 















Sota utiliza ventanas de guillotina en varios de sus proyectos. Un ejemplo son las empleadas en la fachada del edificio de viviendas de la calle Prior, Salamanca (1); y menos conocido es el edificio de viviendas en la calle Gondomar, Pontevedra. Las ventanas en Salamanca forman parte de un mirador, en Pontevedra en cambio se construyen galerías de fachada siguiendo la tradición del lugar.


















La sensibilidad de Sota le lleva a elegir este elemento. Un hueco cuya división se produce en horizontal. La apariencia de estas ventanas es de gran ligereza y sencillez. Se construían con carpintería de aluminio de poco espesor y ligeros paños de vidrio sencillo sin cámara de aire. Un muelle de contrapeso alojado en el interior de sus montantes facilitaba la apertura de las dos hojas, de forma que se pudiesen abrir indistintamente la superior o la inferior. Unos burletes de PVC aseguraban la estanqueidad. En Salamanca, las partes más delicadas de la galería se completan con plástico (2).