El
desarrollo histórico industrial en Asturias nos ha dejado un patrimonio urbanístico
y arquitectónico de gran valor constructivo. Naves de procesos industriales
ligadas a la fabricación del acero y del cinc, depósitos y chimeneas, medios
automatizados de transporte, grúas, teleféricos de carga… Estas construcciones
se levantaron con una tradición que no tiene nada que ver con la cultura tradicional
local, e incorpora al paisaje el lenguaje industrial, y que utiliza los mismos
materiales que elabora –acero, hormigón de cenizas derivadas del carbón-. Estas
edificaciones se construyen con ingeniosas estructuras de acero,
ladrillo y hormigón, con las técnicas de los ingenieros que trabajarían en las
fábricas. En muchos casos estos edificios han sido campos de experimentación,
donde resolver verdaderos problemas de uso.
Si
el origen del desarrollo en el campo de las telecomunicaciones ha tenido lugar en
la industria de la fabricación de armas - telefonía móvil, internet…- la
mayoría de los ingenios constructivos han tenido su origen en la industria. Es
ahí donde se han podido experimentar por primera vez las estructuras de
hormigón de grandes luces, la
edificación en altura, la prefabricación, la técnica del pretensado y postesado…
La
fábrica de nitrógeno en Langreo –Nitrasur- más conocida por el Nitrógeno, es
uno de los ejemplos más interesantes del patrimonio industrial en Asturias.
Alguno de sus edificios ha sido considerado por el DOCOMOMO como una de las
mejores muestras del movimiento moderno en Asturias. En el conjunto de
edificios proyectados por el ingeniero Carlos Fernández Casado y el arquitecto Luis
Pidal se han catalogado el almacén de sulfatos, el depósito de nitrato, el
refrigerante, la gasolinera, un hotel de ingenieros y las viviendas para
empleados.
El
depósito de nitrato es una construcción singular, formada por una estructura de
nervios en acero y elementos prefabricados de relleno.