domingo, 11 de enero de 2015

OIZA; ENSEÑAR A USAR, ENSEÑAR A PENSAR!




Al final de la monografía que la editorial Pronaos pública sobre la obra del arquitecto Francisco Javier Saenz de Oiza, aparecen unos dibujos para una casa en Toledo. Hay una interesante historia en torno a esta casa-torre y que tiene que ver con la enseñanza en la escuela de arquitectura.

El caso es que un día en la cátedra de proyectos de la escuela de Madrid se propuso como ejercicio de proyectos una vivienda a las afueras de Toledo para un cliente muy especial. El día de la entrega el cliente visitaría el aula y elegiría las propuestas más interesantes.

El lugar del trabajo era un bosque de pinos, situado en un lugar elevado. En seguida se sucedieron las propuestas orgánicas, el lenguaje, confundida en el bosque de pinos. Parecía lo más adecuado y a la moda.

Pero en un último momento, antes de la entrega final, uno de los más ingeniosos y trabajadores alumnos dibujo una casa elevada sobre el denso bosque de pinos y así contemplar el horizonte de la meseta castellana; la casa se cubría con un impluvium, que proporcionaba el agua recogida para el agua de consumo. El cliente -el propio Oiza- visitó a los alumnos y se interesó por esta último trabajo, coincidía exactamente con la que había dibujado para su propia casa en Toledo.

Javier Carvajal decía que había que "enseñar a los alumnos a usar". La arquitectura se usa, antes se piensa y luego se dibuja; la enseñanza del viejo Oiza.