viernes, 24 de enero de 2014

LA NUEVA MODERNIDAD























La teoría de la historia describe un mundo que se mueve entre corrientes y tendencias, entre el orden y la revolución, el genio y la razón. Si analizamos el momento actual vivimos un tiempo de prolongación de la postmodernidad, resultado de una nueva sensibilidad en el orden social y artístico, y que podríamos nueva modernidad.

Esta cultura de la nueva sensibilidad –la nueva modernidad- se interesa por la acumulación de experiencias que define un régimen de curiosidades. Frente a los rasgos que definen la época moderna; frente al peso y al orden; frente a la razón y el método, a la intemporalidad e inmutabilidad; se caracteriza por la levedad y el desorden; la intuición o la pérdida de la razón, lo difuso, la niebla; la inmediatez, el concurso rápido; la intercambiabilidad; la ligereza o déshabillé; la acumulación y superposición, el collage.

La postmodernidad surge como una revolución ruidosa sin ningún tipo de manifiesto, porque lo propio de la cultura de la nueva sensibilidad es el anti-manifiesto. En el orden social tiene su expresión en la protesta, en el orden cultural la sospecha de todo lo que se cree firme. La arquitectura se convierte en una actividad sin disciplina, vinculada a muchas otras actividades, tantas como aquellas que le interese a la sociedad. Tiene en Koolhas una de sus figuras más representativas.

Rem Koolhas (Róterdam, 1944) es uno de los arquitectos más influyente en la arquitectura de las tres últimas décadas. Es significativo que su primer libro, Delirious New York -publicado en 1978- sea un escrito todavía vigente. Periodista y escritor, estudia guionismo y trabaja como periodista hasta que en 1968 comienza sus estudios en la Architectural Association de Londres. En 1975 funda OMA (Office for Metropolitan Architecture) En una charla-coloquio organizada por el mismo y Peter Eisenman en la AA definió su ámbito de interés en la arquitectura: “Básicamente pienso que puedo hacer arquitectura como periodista, y una de las cosas más interesantes del periodismo es que es una profesión sin una disciplina. El periodismo es sólo un régimen de curiosidades, aplicable a cualquier tema, y diría que es aún un factor muy importante que empuja mi arquitectura.” Un punto de vista que no tiene que ver con la forma, el orden, la primacía de la estructura, la jerarquía de espacios, la organización de las circulaciones y escaleras.

Delirious New York se presenta como un manifiesto retroactivo para Manhattan, una ciudad de evidencias, paradigma de la ciudad moderna en crecimiento y de una de sus características: la congestión. La congestión o saturación y el crecimiento en altura en un espacio limitado –Coney Island- permite la acumulación y yuxtaposición de edificios y espacios sin orden, hasta convertirse en un lugar artificial adecuado a la nueva sociedad moderna. La espontaneidad pone en evidencia el principio racionalista de la relación entre la forma y la función. Publicará más tarde  S, M, L, XL (1995), La ciudad genérica (2006) y Espacio basura (2007). En la ciudad genérica declara que toda la arquitectura es bella, mientras que en Espacio basura afirma la desaparición de la arquitectura en el s. XX.

En este mismo sentido podríamos entender a Alejandro de la Sota como el primer postmoderno y no como habitualmente se le ha considerado, como un moderno rezagado.